Las autoridades ven en el fenómeno de las criptomonedas un caldo de cultivo desestabilizador.
Detrás de los cantos de sirena de las grandes revalorizaciones de estos activos digitales tan populares, cada vez más instituciones alzan la voz. Ayer, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el Observatorio de las Finanzas organizado por El Español desglosó seis grandes riesgos sistémicos de las criptomonedas.
- Para el inversor. Un marcado desconocimiento por parte de los inversores minoristas en relación a las criptomonedas. Por ejemplo, según la FCA británica, el 20% de los usuarios creía disfrutar de la misma protección en estos activos digitales que en sus productos bancarios tradicionales. Este desconocimiento puede llevar a pánicos en momentos de tensión.
- Para los mercados. La fortísima volatilidad de estos activos es la principal preocupación en este ámbito y puede alterar el sentimiento de los inversores, provocando una sobrerreacción. Además, la correlación entre las criptomonedas y las bolsas se ha multiplicado por 35 en los últimos meses, según el FMI, por lo que los bandazos en el precio de las criptodivisas pueden acabar extendiéndose a otros activos.
- Para los bancos. Los criptoactivos constituyen un nuevo factor de competencia alrededor de los servicios transaccionales del sector. Algunas de sus variantes, como las stablecoins, también generan competencia en la captación recursos, pues tienen el objetivo de convertirse en depósito de valor. Las exposiciones directas e indirectas del sector a estos activos pueden incrementar los riesgos «tanto patrimoniales como reputacionales», según De Cos, aunque admite que, por el momento, son reducidos.
- Para la política monetaria. Las criptomonedas crean circuitos paralelos de transferencia de valor como un medio de pago alternativo. Como están alejados de la influencia de los bancos centrales, éstos no podrían contener con su política monetaria los riesgos que pudieran surgir en la economía, erosionando su capacidad de respuesta.
- Para el planeta. Los mecanismos en los que se basan las criptomonedas que aglutinan el 80% de la capitalización de este mercado contaminan tanto como 15,5 millones de vehículos de gasolina en un año, según De Cos.
- Para la lucha contra los delitos. Existe una posible utilización de los criptoactivos para actividades ilícitas, incluyendo el blanqueo de capitales. Estos riesgos son particularmente elevados en este mercado dado su mayor grado de anonimato y el hecho de que sus operaciones se realizan por circuitos de pago no habituales.