Unicaja y Liberbank suben en Bolsa tras arrancar la negociación formal para fusionarse

Unicaja suben en Bolsa después de que los consejos de ambas entidades aprobaran ayer la contratación de asesores para explorar su integración. Las ‘due diligence’ cruzadas tardarán tres o cuatro semanas.

Las dos entidades que protagonizarán la próxima fusión bancaria vuelven a recibir un espaldarazo del mercado tras anunciar ayer al cierre del mercado que arrancan la negociación formal para fusionarse. Unicaja subía a primera hora de la mañana un 3,7% en Bolsa y Liberbank un 5%.

Las dos entidades han retomado las subidas después de que el lunes escalaran entre un 13,5% Unicaja y un 15% Liberbank y las dos sesiones siguientes borraran parte de esas ganancias.

Las cúpulas de Unicaja y Liberbank ya tienen el aval de sus respectivos consejos de administración para negociar su fusión. Los máximos órganos de gobierno de las entidades se reunieron ayer para formalizar las conversaciones iniciadas entre los equipos directivos a mediados de septiembre, según fuentes cercanas a la operación. La intención es que la negociación sea rápida, siguiendo los ritmos de la fusión acordada entre CaixaBank y Bankia.

Los consejos dieron el visto bueno para contratar a los distintos asesores en la operación. Las entidades se rodearán de los mismos equipos externos que en el intento frustrado en mayo de 2019. Los bancos de inversión que negociarán los flecos cruciales de la integración, como el reparto de poder en la futura combinada, serán Deutsche Bank y Mediobanca.

En las conversaciones entre finales de 2018 e inicios de 2019, los bancos no se pusieron de acuerdo por un escaso margen en la ecuación de canje. Desde el inicio de la negociación, Unicaja se mantuvo firme en reclamar un 60% de la entidad fusionada, el peso que le correspondería por su tamaño y su valor en Bolsa. Pero en algún momento se abrió a rebajarlo al 58% para satisfacer a los gestores de Liberbank, que reclamaban tener al menos un 44%-45%.

Este estrecho margen dio al traste con la operación. Está por ver si año y medio después las cúpulas logran acercar posturas en el reparto de poder. Si se tuviera en cuenta el tamaño por activos, el canje se fijaría en un 58% para la entidad de origen andaluz y del 42% para Liberbank.

Calendario

Por su parte, PwC y Deloitte se encargarán de hacer las due diligence (revisión de números) cruzadas, que se prolongarán durante unas tres o cuatro semanas. El plan inicial es hacer este análisis financiero con las últimas cuentas auditadas, las de cierre de junio. De esta forma, la negociación crucial entre las cúpulas sería en el mes de noviembre.

Los asesores legales de la operación serán los despachos Uría Menéndez y Ramón y Cajal.

Fuentes de Unicaja y Liberbank prefirieron no hacer comentarios al respecto.

Impacto de la pandemia

Las entidades han decidido reanudar los contactos para fusionarse menos de dos años después de romper en su último intento. El impacto de la pandemia en el negocio bancario obliga a los gestores a poner el foco en el ahorro de costes como palanca para elevar la maltrecha rentabilidad, que sufrirá un contexto de bajos tipos de interés durante más tiempo de lo previsto. Tanto Unicaja como Liberbank están lejos de cubrir el coste del capital y juntas aspiran a ser rentables.

La operación se plantearía como una absorción de Liberbank por parte de Unicaja. De llegar a un acuerdo, se crearía la quinta entidad por volumen de activos en España, con 108.000 millones de euros.

Se estima que la fusión generaría unos ahorros de costes de unos 100 millones, limitados por no provocar grandes duplicidades de oficinas, como señaló ayer Scope Ratings. Las entidades tendrían que afrontar unos costes de reestructuración superiores a los 400 millones.

Impulso del BCE

Ambas entidades han reforzado notablemente sus niveles de solvencia desde finales de 2018, por lo que se descarta en principio una ampliación de capital. Unicaja tiene una ratio de capital de máxima calidad del 14,4%, mientras que Liberbank cuenta con un 14%. Además, el BCE ha relajado las exigencias para facilitar la concentración en el sector bancario y ahora no obliga a que la entidad combinada conserve el nivel de solvencia de la entidad fusionada más solvente.